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Cómo hablar de consentimiento y sexo sin matar la pasión

Hablar de consentimiento puede ser sexy (y necesario)

El consentimiento sexual ha pasado de ser una conversación incómoda a una necesidad ineludible en cualquier encuentro íntimo. Pero muchas personas siguen pensando que hablar de límites y deseos “corta el rollo”. Nada más lejos de la realidad. Hablar puede, de hecho, encender la pasión, generar confianza y abrir la puerta a experiencias sexuales mucho más placenteras y seguras.

Te quiero explicar como veo yo esa conversación y como la tendría sin perder la chispa, basándome en estudios científicos y en recomendaciones de especialistas en psicología sexual y relaciones.

Porque el consentimiento no solo es clave para la seguridad: es el ingrediente fundamental para una sexualidad libre, plena y excitante.

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¿Qué es el consentimiento sexual y por qué importa?

El consentimiento sexual es un acuerdo libre, informado y entusiasta entre todas las personas involucradas en una actividad sexual. Según la Asociación Americana de Psicología (APA), el consentimiento debe ser claro, continuo y reversible. No basta con un “sí” inicial: debe mantenerse durante toda la experiencia y puede retirarse en cualquier momento.

Hablar de consentimiento sexual no significa recitar un contrato. Significa crear un espacio en el que todas las personas se sientan libres de expresar lo que quieren, lo que no quieren y lo que están dispuestas a explorar.

Un estudio publicado en The Journal of Sex Research (Jozkowski et al., 2014) encontró que las parejas que comunican abiertamente sus límites y deseos experimentan mayor satisfacción sexual, más orgasmos y niveles más altos de intimidad emocional.

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Hablemos claro: cómo comunicar sin cortar el clima

1. Cambia el chip: hablar de consentimiento sexual es parte del juego previo

El deseo se alimenta de la seguridad y la confianza. Preguntar cosas como “¿Te gusta esto?”, “¿Puedo seguir?”, o “¿Qué te gustaría que hiciera ahora?” puede sonar provocador si se hace con tono cómplice y desde la curiosidad.

El consentimiento sexual también puede comunicarse de manera no verbal, pero es importante confirmar verbalmente cuando se exploran límites nuevos. La clave está en que ambas (o todas) las personas se sientan en control y entusiasmadas.

2. Usa preguntas abiertas y lenguaje positivo

Una excelente técnica es proponer en lugar de preguntar solo “sí o no”.

Por ejemplo:

  • ✅ “¿Qué te gustaría probar hoy?”
  • ✅ “Me encantaría hacer X, pero solo si tú también quieres”
  • ✅ “¿Te gusta así o prefieres otra cosa?”

Este tipo de frases integran el consentimiento sexual como parte del deseo, no como una interrupción. No se trata de pedir permiso como si estuvieras pidiendo disculpas: se trata de invitar a jugar en equipo.

3. Establece límites sin culpa

Decir “no” o “esto no me gusta” no tiene que ser incómodo si se normaliza desde el principio. Puedes decirlo con ternura, con humor o con honestidad directa. Por ejemplo:

  • “Esto no me va, pero podríamos probar otra cosa”
  • “Hoy no estoy para eso, pero me encantaría abrazarte”
  • “Paremos un momento, necesito respirar y ver cómo me siento”

Reconocer y respetar límites fortalece la conexión emocional y permite que el consentimiento sexual fluya sin miedo ni presión.

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Consentimiento en relaciones largas (sí, también cuenta)

El consentimiento sexual no es exclusivo de las citas o del sexo casual. En relaciones estables, también es crucial hablar y renovar los acuerdos. El deseo cambia, las necesidades evolucionan y lo que nos excitaba ayer puede no gustarnos hoy.

La psicóloga y antropóloga Helen Fisher ha estudiado ampliamente cómo el cerebro procesa el deseo en relaciones duraderas. En su investigación, publicada en The Anatomy of Love, sugiere que la novedad, la comunicación emocional y el juego compartido son fundamentales para mantener la chispa. Y el consentimiento sexual es el motor de ese juego.

Una pareja que puede decir “esto me encanta” o “esto ya no me excita” sin temor al juicio tiene más probabilidades de mantener una vida sexual rica y sana.

Lo que no es consentimiento sexual

Vale la pena recordar qué NO es consentimiento sexual:

  • ❌ Silencio o duda
  • ❌ Estar bajo los efectos del alcohol o drogas
  • ❌ Sentirse presionado/a emocional o físicamente
  • ❌ Haber dicho “sí” en el pasado (no significa un sí automático en el futuro)

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Hablar de sexo antes o durante la primera cita

Yo creo que es importante hablar de sexo con la persona que te atrae antes de llegar a momentos más íntimos, esto creará confianza para ese momento y unas bases sobre las que comenzar ese primer encuentro sexual de forma algo más fluida. Preguntas que te recomiendo:

  • ¿Qué no te gusta?
  • ¿Qué cosas suelen gustarte?
  • ¿Qué zonas puedo tocar? ¿Con qué tipo de cosas no se siente comodx?
  • ¿Dime qué cosas te gustaría hacer conmigo?
  • ¿Has tenido alguna experiencia traumática en el pasado? ¿Cómo te afecta a día de hoy esa experiencia?
  • ¿Hay algo que debería saber antes de que intimemos más?

* Tip: No es un interrogatorio, es una conversación informal con una persona que ya conoces, con la que ya has hablado y que te interesa a nivel afectivo-sexual, no lo dejes todo para el último momento. Está conversación puede ser agradable, tranquila y excitante.

Lejos de matar la pasión, el consentimiento sexual es el mejor afrodisíaco. Te permite ser tú, expresar lo que deseas y crear encuentros íntimos seguros, libres y excitantes. No es una formalidad ni una moda: es la base de una sexualidad sana, respetuosa y verdaderamente placentera.

Hablar de consentimiento sexual no es el final del deseo. Es, en realidad, su verdadero comienzo.

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