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La ansiedad y el deseo sexual: ¿enemigos o solo mal comunicados?

La compleja relación entre ansiedad y deseo sexual

Muchas personas asumen que la ansiedad siempre reduce el deseo sexual pero la realidad tiene más matices. Según investigaciones recientes, la relación entre ansiedad y deseo sexual no es lineal: en algunos casos, la ansiedad puede inhibir el deseo, mientras que en otros puede incluso incrementarlo, dependiendo de múltiples factores psicológicos, hormonales y contextuales (Gunst et al., 2018).

El objetivo de esté artículo es analizar la relación para llegar a una sexualidad plena y sin ansiedad.

¿Qué es la ansiedad y cómo afecta al cuerpo?

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de peligro o estrés. El cerebro activa el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HPA), lo que produce una liberación de cortisol y adrenalina (Chrousos, 2009). Aunque estas hormonas ayudan a enfrentar amenazas inmediatas, su activación crónica puede tener efectos perjudiciales sobre el cuerpo y la mente.

Cuando la ansiedad se vuelve persistente o desproporcionada, puede interferir en distintas áreas de la vida, incluyendo la sexualidad. Y aquí es donde surge la interacción entre ansiedad y deseo sexual.

ansiedad y deseo sexual

Ansiedad y deseo sexual: lo que dice la ciencia

El efecto inhibidor: cuando la ansiedad apaga el deseo

En la mayoría de los casos, la ansiedad tiende a disminuir el deseo sexual. Un estudio de van Tuijl et al. (2018) encontró que altos niveles de ansiedad están asociados con disfunciones sexuales como:

  • Dificultad para excitarse.
  • Problemas de erección o lubricación.
  • Anorgasmia.
  • Disminución del interés sexual.

El mecanismo detrás de esto es bastante lógico: si el cerebro está enfocado en «peligros», libera cortisol que suprime hormonas sexuales como la testosterona y los estrógenos (Hamilton & Meston, 2013). Además, la atención centrada en los miedos o preocupaciones reduce la capacidad de estar presente y disfrutar la experiencia sexual (Brotto & Basson, 2014).

El efecto facilitador: cuando la ansiedad aumenta el deseo

Curiosamente, algunos estudios también indican que en ciertos individuos, niveles moderados de ansiedad pueden actuar como un potenciador del deseo sexual (Lorenz & van Anders, 2014). Esto puede deberse a:

  • Búsqueda de alivio emocional a través del sexo.
  • Incremento de la excitación fisiológica que, en algunos casos, puede confundirse con excitación sexual.
  • Uso del sexo como forma de regular emociones negativas.

Este fenómeno, sin embargo, suele ser más frecuente en personas con alta impulsividad o estilos de apego ansioso.

ansiedad y deseo sexual

Factores que modulan la relación entre ansiedad y deseo sexual

Género

Ya sé que no te lo esperabas pero los efectos de la ansiedad sobre el deseo sexual pueden variar según el género. Un meta-análisis de Kingsberg (2013) mostró que las mujeres tienden a ser más sensibles a la ansiedad relacionada con la imagen corporal o el rendimiento sexual, mientras que los hombres presentan mayor vulnerabilidad a la ansiedad de rendimiento propiamente dicha (ansiedad por el desempeño sexual).

Tipo de ansiedad

No todas las ansiedades afectan igual:

  • Ansiedad generalizada: más asociada a bajo deseo sexual.
  • Ansiedad de desempeño sexual: puede causar disfunciones sexuales específicas.
  • Ansiedad social: puede dificultar la búsqueda de pareja o la intimidad emocional.
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT): asociado a problemas más severos de deseo y función sexual (Letourneau et al., 1996).

Historia personal

Experiencias de trauma, abuso sexual, educación sexual restrictiva o conflictos emocionales pueden aumentar la vulnerabilidad a que la ansiedad afecte negativamente la vida sexual (Stephenson & Meston, 2015).

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Estrategias para reconciliar la ansiedad y el deseo sexual

Aunque la interacción entre ansiedad y deseo sexual puede parecer complicada, existen diversas herramientas respaldadas por la evidencia científica para mejorar esta relación.

1. Terapia cognitivo-conductual (TCC)

La TCC ha demostrado ser efectiva tanto para tratar la ansiedad como los problemas sexuales relacionados (McCabe, 2005). Esta terapia ayuda a:

  • Identificar pensamientos disfuncionales.
  • Reducir la autoexigencia y la autoobservación durante el sexo.
  • Aumentar la conciencia del presente (mindfulness).

2. Mindfulness sexual

Programas como el Mindfulness-Based Cognitive Therapy (MBCT) adaptados a la sexualidad han mostrado mejoras significativas en deseo y satisfacción sexual en personas con ansiedad (Brotto et al., 2012).

3. Ejercicio físico regular

El ejercicio no solo mejora la salud general, sino que también reduce la ansiedad y eleva los niveles de hormonas sexuales (Guszkowska, 2004), favoreciendo una mejor conexión entre ansiedad y deseo sexual.

4. Comunicación en pareja

Hablar abierta y honestamente sobre las inseguridades y temores sexuales puede disminuir la presión y fomentar la intimidad emocional (Byers & Demmons, 1999).

5. Evitar sustancias que empeoran la ansiedad

El abuso de alcohol, cafeína o drogas recreativas puede agravar tanto la ansiedad como los problemas sexuales (Taylor et al., 2010).

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Cuándo buscar ayuda profesional

Si la ansiedad interfiere de forma persistente en tu vida sexual, es recomendable buscar el apoyo de:

  • Psicólogos especializados en terapia sexual.
  • Sexólogos clínicos certificados.
  • Psiquiatras, si existen comorbilidades que requieren medicación.

Un abordaje interdisciplinario suele ser más efectivo para tratar simultáneamente la ansiedad y el deseo sexual.

¿Son enemigos o solo están mal comunicados?

La relación entre ansiedad y deseo sexual no tiene una única respuesta. En algunos casos actúan como enemigos, en otros simplemente como señales mal interpretadas. Lo importante es entender los mecanismos que operan detrás de esta interacción para poder intervenir de forma adecuada.

Como sostiene Brotto (2013), comprender el impacto de la ansiedad sobre el deseo permite a las personas no solo tratar el problema, sino transformar su vida sexual en un espacio de bienestar y autoconocimiento.

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